Al igual que otros caudillos en el poder, Gómez hizo reformar varias veces la constitución para alargar el período de gobierno y permitir la reelección. Desde 1908 el Congreso lo nombró Presidente Provisional; y luego, sucesivamente, Presidente Constitucional para los períodos 1910-1915; 1915-1922; 1922-1929, y 1929-1936. Para este último período fingió no aceptar y recomendó al Dr. Juan Bautista Pérez a quien el Congreso nombró inmediatamente. Pero en 1931 Gómez lo hizo renunciar y se encargó de la Presidencia hasta su muerte. Durante su gobierno se separó varias veces de la Presidencia; pero manteniendo el cargo de Comandante en Jefe del Ejército. De agosto de 1913 a enero de 1914, encargó de la Presidencia al Dr. José Gil Fortoul; y en el período de 1915 a 1922, al Dr. Victoriano Márquez Bustillos.
En el gobierno de Gómez el nepotismo, la codicia y el enriquecimiento del dictador y de sus allegados, llegaron a extremos inauditos en la historia nacional. Hermanos, hijos y demás familiares ocuparon altos cargos en el gobierno. Gómez superó a los caudillos que le precedieron en eso de aprovechar el poder para enriquecimiento propio. Fue el más grande propietario territorial: sus hatos se extendían en centenares de miles de hectáreas y lo convirtieron en el principal proveedor de carne de todo el país; tenía más del 60% de todo el ganado de Venezuela; el juego fue legalizado y pasó a ser un monopolio de la familia Gómez; también monopolizó la navegación fluvial y costanera; la electricidad en varias ciudades; ingenios de azúcar, haciendas de café y cacao; pequeñas industrias de telas, jabones, cigarrillos, velas, vidrio, aceites, hoteles, etc. Cuando murió en 1935 sus bienes en el país y sus depósitos en bancos extranjeros alcanzaban varios centenares de millones de bolívares.
CARACTERISTICAS
DEL GOBIERNO DE GOMEZ
Gómez
continuó y terminó el proceso de liquidación de los caudillos iniciado
en los días de Guzmán Blanco, y que Castro había conducido de manera exitosa
con medidas eficaces en lo que respecta a modernización del ejército y
dotación de equipo. Para ello Gómez se apoyó en un sólido poderío militar
en comparación con las fuerzas de que podían disponer los caudillos. Completó
la modernización del ejército emprendido por Castro. Desde 1911 fue reorganizada
la escuela militar de Caracas, para la formación de militares de carrera
que sustituyeron poco a poco a los viejos jefes improvisados de las revoluciones.
Se trajeron instructores militares extranjeros y se mantuvo y mejoró la
dotación conveniente de armamento moderno. En 1920 se creó la escuela
de aviación militar de Maracay, se adquirieron aviones y se trajeron instructores
franceses y alemanes para la misma. En 1926 se promulgó una ley de servicio
militar obligatorio. Se introdujeron los primeros automóviles y se inició
la llamada "'política de carreteras" del régimen mediante la
construcción, de caminos de seis a siete metros de ancho, algunos de los
cuales fueron luego pavimentados con macadam y posteriormente con asfalto.
Las primeras de estas vías, fueron la carretera Caracas-La Guaira; la
carretera trasandina de Caracas a la frontera con Colombia; y la carretera
de Caracas a Soledad, en la costa del Orinoco; de Caracas a Maracay; de
Maracay a Ocumare de la Costa, etc. Estas carreteras teñían por finalidad
facilitar la movilización del ejército en el interior; pero contribuyeron
poderosamente a la integración nacional y a liquidar el aislamiento de
las regiones del país, cuya supervivencia había contribuido tanto al feudalismo
político y a la proliferación de caudillos regionales.
LA
OPOSICION A GOMEZ
La
liquidación del caudillismo, la creación de un ejército nacional y la
red de carreteras, que contribuyó, además, a eliminar los enclaves económicos
tradicionales fueron medidas que sirvieron de base para una mayor concentración
del poder político, fortalecieron notablemente al gobierno e hicieron
imposible el estallido de "revoluciones" como las que fueron
frecuentes hasta 1903. Los conatos revolucionarios que se produjeron fueron
sofocados rápidamente por el gobierno. Durante el largo período de Gómez
fueron liquidados los restos de los partidos tradicionales, conservadores
y liberales, que habían motorizado las luchas políticas en el siglo XIX.
Sin embargo, la modernización del ejército planteó a Gómez un nuevo tipo
de oposición surgida en las filas de los oficiales egresados de la Escuela
Militar, que en connivencia con intelectuales y estudiantes, empezaron
a conspirar contra el Dictador. Con este nuevo tipo de oposición a la
Dictadura, se cierra el capítulo de las "revoluciones" tradicionales
y se inicia el ciclo de los golpes de estado dirigidos por militares.
La
oposición de los estudiantes a la autocracia, que se había iniciado en
la época de Guzmán Blanco, renació durante la dictadura gomecista y se
manifestó en forma de protestas públicas. Como consecuencia de esta actividad
política de los estudiantes, muchos jóvenes fueron desterrados y la Universidad
Central permaneció cerrada por once años. En 1928 las protestas y los
discursos libertarios pronunciados por algunos líderes estudiantiles,
produjeron la detención y el encarcelamiento de más de doscientos estudiantes,
"lo más granado de la juventud venezolana". Pero el encarcelamiento
de los jóvenes, a su vez, desencadenó una ola de protestas de diversos
sectores sociales y de huelgas espontáneas que se mantuvieron por varios
días, al cabo de los cuales la Dictadura tuvo que ceder y dejó en libertad
a los jóvenes universitarios detenidos en el Castillo de Puerto Cabello.
Este movimiento del 28 se tiene como el primer movimiento de masas exitoso
en la historia política del país. De sus cuadros dirigentes salieron los
líderes que a la muerte de Gómez empezaron a organizar nuevas agrupaciones
políticas doctrinarias, "enteramente diferentes, en su esencia y
en sus procedimientos, de los viejos partidos".
LA
EVOLUCION ECONOMICA DURANTE LA DICTADURA DE GOMEZ
La
creciente prosperidad económica que se había iniciado con el gobierno
de Castro, se continuó durante todo el período gomecista y contribuyó
decisivamente al afianzamiento del gobierno. Al comienzo, este auge económico
se debió a la agricultura y la cría; pero luego, a partir de 1914, intervino
un factor nuevo, de tremenda repercusión en las transformaciones ulteriores
del país, que fue el petróleo.
Los
precios del café y el cacao, y el valor de las exportaciones de estos
frutos, alcanzaron sus niveles más altos. Tales circunstancias externas
coincidieron con el largo período de paz interna del gobierno gomecista.
A partir de 1920, el incremento de la producción petrolera y los crecientes
ingresos que proporcionaba al gobierno, produjo la dislocación de la economía
tradicional. Comenzaron a descender las exportaciones de productos tradicionales
y algunos de ellos desaparecieron del renglón de los productos exportados.
Venezuela dejó de ser un país agropecuario y se transformó en un país
esencialmente minero.
El
petróleo pasó a ser el factor determinante en aquella prosperidad económica
del período gomecista. Desde los comienzos del siglo XX el petróleo empezó
a surgir como energía vital para el desarrollo industrial del mundo. Al
romper con Castro, en 1908, Gómez afianzó sus vínculos con las empresas
extranjeras. Comenzó por devolverle las
Concesiones
a la New York & Bermúdez Company, empresa norteamericana que había
sido embargada por el gobierno de Castro, y autorizada para explorar en
el oriente del país en busca de hidrocarburos. A raíz del éxito de esta
empresa, empezaron a llegar y a establecerse en el país otras compañías
petroleras. En 1913 se iniciaron las exploraciones en el Occidente, en
1914 se descubrió el célebre pozo "Mene Grande", y en 1922 se
produjo el reventón del pozo "Barrozo 2", que reveló la existencia
de una inmensa reserva petrolífera. Las exportaciones de petróleo se iniciaron
en 1916, por valor de 100.000 bolívares; pero ya en 1926 habían subido
a más de 250.000.000 de bolívares, pasando el petróleo a ocupar el primer
puesto en las exportaciones venezolanas que ha mantenido hasta hoy, y
a una gran distancia de los productos tradicionales. El incremento de
las exportaciones del petróleo ha traído consigo un aumento sin paralelo
en los ingresos del gobierno.
GOMEZ
Y LA ESTRUCTURA LATIFUNDISTA DEL PAIS
Gómez
fue implacable y cruel frente a sus opositores políticos. Liquidó a los
viejos caudillos y también los restos del liberalismo que bajo los diferentes
grupos de "amarillos" y "azules" pretendían seguir
orientando la política venezolana. Gómez pasó a ser el gran caudillo,
cuyo poder no podía compartir con los viejos gamonales. Pero al mismo
tiempo que liquidó a los caudillos como fuerza política,
Gómez mantuvo el latifundio y se afirmó en un sólido apoyo de los terratenientes.
El mismo pasó a ser el más grande terrateniente de nuestra historia;
y junto con sus compadres y familiares se repartió casi toda la tierra
laborable del país". La extensión de sus propiedades se medía en
centenares de miles de hectáreas. "Su hato "La Rubiera"
tenía más de 200.000 hectáreas. El de "La Candelaria" supera
las 100.000. Entre el Cunaviche y el Capanaparo, se apropia de 400.000
hectáreas". Y la gran mayoría de esas tierras, acaparadas por el
Dictador, se mantenían ociosas, como rasgo típido de aquella estructura
latifundista.
"En
doce Estados de la República era gran terrateniente el General Gómez,
en cuyos dominios rurales se mantenían inútiles estupendas extensiones."
Estado
|
Nº
de fundos
|
Extensión
Ha.
|
Ociosas
Has.
|
%
de tierras ociosas
|
Táchira
|
274
|
5.413
|
2.212
|
40%
|
Miranda
|
306
|
7.667
|
5.439
|
70%
|
Guárico
|
157
|
2.280
|
1.539
|
68%
|
Carabobo
|
1.569
|
29.437
|
22.750
|
77%
|
Aragua
|
2.631
|
32.588
|
27.541
|
84%
|
Bolívar
|
97
|
31.805
|
31.750
|
99%
|
Estas
cifras corresponden a los últimos años del período gomecista y sin un
testimonio elocuente del grado de acaparamiento de las mejores tierras
llevado a cabo por el Dictador. En general el monopolio de las tierras
se acentuó durante el gobierno de Gómez, y su carácter latifundista se
pone de manifiesto al considerar el impresionante porcentaje de tierras
ociosas que mantenían los propietarios en todo el país.
GOMEZ
Y EL CAPITAL IMPERIALISTA
Otro
elemento importante que contribuyó al mantenimiento de la dictadura de
Gómez, fue el apoyo que recibió del capital extranjero, en especial de
las compañías petroleras, a quienes el Dictador otorgó "concesiones
y más concesiones petrolíferas en un interminable carnaval en el que la
nación venezolana era despojada sistemáticamente por los saqueadores extranjeros".
A partir de 1909 grandes compañías Inglesas fueron las beneficiarias de
esta política: Caribbean Petroleum, British Controlled Oilfields, Colon
Development Co., Venezuelan Oil Concessions y otras. Pero al comenzar
la primera guerra mundial les surgió un poderoso competidor que iba a
desplazarlas en el favor del régimen y en el manejo de la industria petrolera.
Grandes empresas imperialistas norteamericanas se hicieron presente y
pasaron a ocupar posiciones dominantes en la explotación de nuestro petróleo.
La Standard Oil (Creole) y la Gulf Oil Corporation (Mene Grande) controlaban
ya en 1945 el 70% de la producción.
Para
atender debidamente los requerimientos legales de la nueva situación,
el gobierno de Gómez reformó el Código de Minas que era el estatuto por
el cual se regía la materia petrolera, y en 1918 se promulgó una nueva
Ley de Minas. Sin embargo, esta Ley de Minas contenía todas las disposiciones
relativas a minas metalíferas y también a los hidrocarburos, debido a
lo cual el año 1920 se dictaron para sustituirla, dos leyes: una que siguió
llamándose Ley de Minas, para las minas, minerales y piedras preciosas;
y la otra que se denominó Ley de Hidrocarburos, para el petróleo. Toda
esta legislación petrolera del período gomecista, con las frecuentes modificaciones
que se produjeron hasta 1935, estaba dirigida a garantizar las mayores
ventajas y facilidades a los trusts petroleros. Se ha dicho que la ley
petrolera de Gómez fue preparada por los abogados y los gerentes de las
propias compañías.
Las
petroleras comenzaron a tener, desde la época de Gómez, una desmedida
influencia en la vida nacional. Por medio de sobornos, donaciones, subsidios,
comisiones, sueldos complementarios y otros medios de corrupción administrativa,
pudieron disponer a sus anchas de una numerosa clientela formada por familiares
y allegados del Dictador, ministros, presidentes de estados, administradores
de aduanas, jefes civiles y demás funcionarios, a través de los cuales
burlaban descaradamente el cumplimiento de sus obligaciones legales.
Gozaron
de un régimen de exoneración de impuestos de aduana para la libre importación
de todo lo que necesitaran para el desarrollo de la industria. Al amparo
de esta disposición traían cuanto les interesaba, desde alimentos, hasta
juguetes para niños. El monto de tales exoneraciones llegó a ser de tal
magnitud, que el propio Ministro de Fomento de la dictadura, el Dr. Gumersindo
Torres, en 1930, planteaba la cuestión en los siguientes términos:
"...en
Venezuela se han concedidos los más amplios favores a las compañías; los
plazos más largos; los derechos más fijos y más amplios; el menor número
de impuestos y los impuestos más reducidos que en ninguna legislación
similar. Venezuela ha favorecido de modo excepcionalísimo a la industria
con la exoneración de derechos de importación de maquinarías y útiles
de la industria por toda la vida de la concesión...el monto de las exoneraciones
asciende en diez años a la cantidad de Bs. 233.952.126,10. De la comparación
de estos guarismos resulta el cálculo desconsolador de que habría sido
preferible no cobrar impuesto alguno de explotación en cambio del pago
de los derechos de aduana exonerados".
La
clase obrera, que comenzó a formarse con la industria petrolera, quedó
a merced de las compañías, sin legislación del trabajo y desasistida de
toda protección social. Y víctima, además, de discriminación racial por
parte de los patronos imperialistas.
"La
discriminación racial fue traída a Venezuela por los empresarios petroleros.
Los nativos no podían acercar a sus campamentos proconsulares. Grandes
alambradas, guardadas por solícitos "guachimanes" indicaban
la frontera de Venezuela con ese nuevo y poderoso país del Oro Negro.
Situación que llegó hasta el límite de que ni siquiera las mujeres venezolanas
casadas con norteamericanos, podían vivir en las residencias de los esposos."
A
cambio de esta política de complacencias con las petroleras, Gómez contó
desde el comienzo de su gobierno con el apoyo y la colaboración de las
potencias extranjeras. Los gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra, Holanda,
Francia, Alemania, para quienes el Presidente Cipriano Castro había constituido
un verdadero dolor de cabeza por su actitud nacionalista, se apresuraron
a prestarle a Gómez toda clase de ayuda para mantenerlo y fortalecerlo
en el poder.
JUAN
VICENTE GOMEZ
ENCARGADO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
ENCARGADO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
A
los venezolanos:
¡Compatriotas!
¡Compatriotas!
Ya
sabéis que vine a desempeñar el Poder Ejecutivo Nacional, en virtud del
título legal que invisto, sin ser empujado por ninguna ambición personal.
La ley me llamó al puesto, y desde el primer momento me di a conciliar
las aspiraciones populares con mis deberes públicos, procurando establecer
un régimen de garantías en consonancia con nuestras instituciones. He
querido y quiero para cada venezolano la efectividad de sus derechos,
sin ser ésta aspiración concesión o merced sino únicamente la imposición
de la ley.
Pero
mis mejores intenciones y deseos han encontrado desgraciadamente, un inexplicable
obstáculo en algunos pocos ciudadanos que llamándose íntimos amigos del
ciudadano general Cipriano Castro, no sólo se han atravesado en el camino
de mis deberes legales, sino que han bajado al antro de la conjuración
y fraguado contra mi vida el plan diabólico que hice abortar en la mañana
de ayer, enfrentándome a los mismos conjurados y reduciéndolos a prisión.
Al
proceder así, conciudadanos, no sólo he defendido mi vida, sino algo que
vale más que mi existencia personal, porque he procurado salvar el decoro
y el prestigio de la magistratura que desempeño y que aspiro a convertir
en manantial de bienes para todos los venezolanos.
Después
de los sucesos que acabo de narrar, he constituido un nuevo Gabinete,
en el cual juzgo representada la opinión pública de Venezuela. Con tales
colaboradores pretendo dar a mi gobierno el carácter nacional que reviste,
hacer efectivas las garantías constitucionales, practicar la libertad
en el seno del orden, respetar la soberanía de los Estados, amparar las
industrias contra odiosas confabulaciones, buscar una decorosa y pacífica
solución para todas las contiendas internacionales, vivir vida de paz
y de armonía y dejar que sólo la ley impere con su indiscutible soberanía.
¡Venezolanos!
Tales
son mis propósitos y los fines que aspiro a desarrollar al frente del
Gobierno; y como creo que ésta es la más solemne imposición del patriotismo,
pido y reclamo a todos los círculos políticos su apoyo moral y material
para que el acierto sea completo y universales los beneficios.
El
régimen legal que impera nos da derechos y nos impone deberes: ejerzamos
aquéllos con la moderación que reclama la austera democracia, y cumplamos
éstos con inquebrantable resolución. Tengamos presente que las violencias
que inspiran las pasiones desbordadas son el contrasentido de la civilización
y que la mejor fórmula de la República es la que se encierra entre la
modestia y el ardiente patriotismo.
Caracas,
20 de diciembre de 1908
J. V. Gómez.
J. V. Gómez.
OBITUARIO
DE J.V. GOMEZ
Editorial
del diario El Universal en su edición del día 18 de diciembre de
1935
Anoche,
a las once y cuarenta y cinco, rindió la jornada de la vida en la ciudad
de Maracay el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Magistrado Supremo
de la República, después de una larga enfermedad, contra la cual resultaron
infructuosos los cuidados de los familiares y amigos, y los esfuerzos
de la ciencia, en medio de una dolorosa expectativa, que pesó gravemente
sobre los ánimos, en toda la extensión de la República.
Hora
de duelo para la Patria venezolana, que se pone de pie para dar la despedida
al varón que se destacó con lineamientos inequívocos en la etapa de su
actuación como el primero de sus hijos y como la alta y firme garantía
de sus aspiraciones de orden, de paz y de trabajo.
No
es esta la ocasión de exaltar una vez más la personalidad del General
Juan Vicente Gómez, en este minuto infausto en que Venezuela no puede
menos que valorar, en toda su magnitud, la obra patriótica por él realizada.
Un
solo hecho de honda significación en el orden del espíritu bastaría para
dar idea de la gloria de Juan Vicente Gómez y para asegurarse la gratitud
de los venezolanos: el de destacarse como acreedor al título de Pacificador
de la Patria, Fundador de la Paz, es decir, del basamento para el levantamiento
de cualquier obra, ya material, ya espiritual.
La
vida del varón benemérito que acaba de morir constituye un ejemplo y un
legado de valor inapreciable. El mismo llego a pensar de sí que no era
sino un instrumento de la Providencia, a pesar de que siempre tuvo la
conciencia de su energía y del rumbo por el que la había orientado. De
permanente acción fue su vida en las etapas heroicas; y en la trayectoria
se compenetró con el país y sus hombres, y por ello les pudo señalar los
derroteros a seguirse y, más tarde, pudo llevar a cabo su perdurable obra
política y administrativa, conjunto de realizaciones de imponente amplitud.
Y así aparece con caracteres indelebles, en la vida nacional, en su triple
significación: Gómez luchador, Gómez orientador, Gómez constructor.
El Universal, que se asocia plenamente a este gran duelo de la República, presenta su expresión de condolencia a la honorable familia del Benemérito ciudadano desaparecido.
El Universal, que se asocia plenamente a este gran duelo de la República, presenta su expresión de condolencia a la honorable familia del Benemérito ciudadano desaparecido.